SOBRE EL CONOCIMIENTO DEL COMUNISMO POR PARTE DE LA CLASE OBRERA DE NUESTRO PAÍS.

Enrique Velasco


El papel de la ciencia en la producción.-

 

El papel de la ciencia en la producción, tiene un sentido muy concreto: servir los intereses del capital.

            El obrero, por tanto, hace uso de ella en la forma que le indica el capital; para él, la cosa no tiene otro alcance.

            Veamos el comportamiento de la ciencia, fuera del terreno concreto de la producción.

            Nos estamos refiriendo a los distintos escenarios, donde tiene lugar la reproducción de los procesos de trabajo.

            Estos escenarios son muy diversos.

            En primer lugar, recordaremos que, el conjunto de la producción, lo componen una serie de procesos de trabajo, enlazados, en forma que, unos se alimentan de los otros (el proceso donde se elabora un ladrillo, se enlaza con el proceso donde se fabrica una construcción): lo que en uno es el producto, en el otro sirve de materia prima.

            Pero no solamente eso; sino que, la propia reproducción de los elementos personales de la relación de trabajo, el obrero y el empresario, puede ser el objeto de otro proceso de trabajo (un restaurante, un hotel, no hacen sino restaurar, reproducir la persona física de uno y otro). Una peluquería, un cine, una disco, desempeñarían el mismo papel.

            Pero como vemos, todos estos procesos del trabajo, se sitúan en el terreno de la producción, en el terreno en que el capital dirige al conjunto de la actividad.

            Por tanto, al referirnos a la reproducción, estamos indicando aquellos procesos de trabajo cuyo objeto es la creación y mantenimiento de las condiciones generales de la producción. No se trata, por tanto, de reproducir los procesos de trabajo productivos, sino de poner unas condiciones que exige el conjunto de la producción para desarrollarse, para mantenerse como tal conjunto.

            Esos procesos de trabajo, no producen ganancia, por tanto, no son productivos, por tanto, en ellos no están presentes ni el capital, ni el obrero. En consecuencia, adoptan una forma singular, a la que suele llamarse aparatos, y nosotros les hemos ido llamando instituciones.

            El objeto, la función, de estos aparatos, no es producir ganancia. Por esa razón, el capital no está presente en ellos. Tampoco está presente el obrero. Sin embargo, consistiendo sus funciones en la creación y mantenimiento de las condiciones generales del buen discurrir del conjunto, es del mayor interés del capital, el montaje y atribución de tareas de estos aparatos.

            Las condiciones generales de la producción en cualquier país capitalista son, la seguridad y el orden. Por tanto, los aparatos más importantes son las fuerzas públicas (ejército, policía, tribunales, cárceles), y los que crean el sentimiento general del orden.

            Ello no quita que, según sea el grado de penetración y desarrollo del capital en los distintos sectores de la producción, hará que sus exigencias hacia los aparatos, vayan dirigidos a unas u otras tareas en particular, según del país y del momento que hablemos.

            Hoy, en Europa, dentro de estas condiciones generales, destaca una en particular: la investigación científica.

            Y aquí tocamos el tema del que íbamos hablando, la ciencia.

            Hemos dado un pequeño rodeo. La intención ha sido, escaparnos de ese sentido de neutralidad, de ingenuidad con el que, decíamos, suele presentarse rodeada la ciencia.

            Para desembarazarse de estas falsas neutralidades, no hay nada mejor que situar las cosas en su terreno concreto, y en su funcionamiento real.

            Es lo que hemos empezado a hacer con la ciencia. Y, por lo tanto, hemos podido apreciar, varias cosas.

            Una, que, en el terreno de la producción, los conocimientos científicos, son utilizados por el capital, como otro cualquier factor, elemento, productivo: en la medida en que contribuyan a crear más ganancia.

            Otra, que las empresas, aplican, si les interesa, la ciencia; pero ellas no se dedican a producir ciencia básica, diríamos, ciencia pura, principios científicos.

            Por lo tanto, como se trata de una necesidad general, es decir, no es el interés de una empresa en concreto, sino del conjunto; y además, esta actividad no producirá ganancias; se acude a los aparatos generales, a las instituciones (al Estado), y se les indica, exactamente, en qué sentido se debe avanzar en los conocimientos generales, para que éstos puedan ligar con las aplicaciones concretas en las tecnologías de las empresas; pues de eso se trata.

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